domingo, 18 de diciembre de 2011

Y por fortuna ,seguimos en tablas...

Garry Kasparov ,en su libro “Como la vida imita al ajedrez” relata su apasionante final de partida en 1997 contra el letón Alexei Shirov, de como vence la partida, con un inesperado avance de una casilla con rey ,al tiempo que no mostrando interés por salvar a su reina amenazada. Cuenta que “obviar todas las reacciones y amenazas y jugar un movimiento aparentemente inocuo con la pieza más débil del tablero, fue una paradoja gratificante”. En ese instante pueden romperse los esquemas tácticos del contrincante y es cuando de la fantasía surge el avance en la batalla. Algo parecido he podido presenciar en la batalla personal contra mi cuadro hace sólo unos minutos. Tras el movimiento pictórico que realicé ayer, hoy me he encontrado ante una nueva e inesperada situación , lo que tenía frente a mí era el panorama de una guerra perdida , lo que era zona más interesante, es decir, mi reina estaba tocada ,herida ,amenazada de muerte y ello hacía patinar el aspecto general del cuadro por todas partes. Me pregunto , ¿como añadir una carga tan insignificante de pintura a un cuadro puede causar tanto destrozo?, quiero pensar que la respuesta, es que : la pincelada estaba bien dada, una estocada en su sitio , pero con el fin de romper lo que había, cosa que en ningún caso era mi intención ,puesto que yo lo que pretendía era mejorar el aspecto del conjunto . En otras palabras ,que trataba que fuese un toque de maestría positivo y me ha salido más bien un toque de aspirante a maestrillo, pero en este caso un toque destructivo, lo cual tampoco es malo así que seguiremos luchando.
El caso es que, ese es el panorama con el que me he encontrado en la batalla de hace un rato. Introducía esta reflexión del libro del campeón Kasparov, por que parece que es a lo que mi fantasía me ha llevado hoy, precisamente a obviar ese ataque directo a la reina y ,a no mover el rey como hizo Kasparov, pero sí a un arranque de descarga con los peones, una lluvia de flechas . El símbolo flecha que tanto me gustó utilizar a finales de los 90 ha reaparecido .La flecha como gesto , la flecha como marca ,como pista de aterrizaje en la mirada del espectador . Una flecha por muy grande y ancha que sea siempre nos dirige hacia un punto infinitamente pequeño pero grande e importante en una composición , la flecha nos señala al uno entre un millón, la flecha es la compañera de el arco , y ARCO, la célebre feria de arte Madrileña, es el campo de batalla más absurdo en el que puede defenderse un buen cuadro....ahora toca descansar , no mirar hasta mañana y encontrarme mañana con la pieza que ha movido el cuadro.

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